Tantos años de dictadura en cuba a provocado adaptaciones en el pueblo. Dicen que el que no se adapta perece, y el pueblo se ha adaptado, al igual que los animales evolucionan adaptándose al medio en que viven, el pueblo cubano ha hecho lo mismo. El pueblo ha aprendido a mentir, a tener doble moral, a pensar una cosa en privado y decir otra en público, eso se aprende desde pequeño. A apoyar la revolución en el centro de trabajo y acudir a las marchas y concentraciones en apoyo a la dictadura, aun cuando en realidad desearan que aquel sistema siniestro se acabara de caer o ellos poderse largar a cualquiera otra parte lejos de aquella isla encierro rodeada de barrotes marítimos.
El pueblo a aprendido demasiado bien a como “resolver” Esa se ha vuelto una palabra mágica en Cuba, resolver. Resolver la mayoría de las veces pasa por robar o comprar lo robado o sobornar, pero en general es algo ilegal, con que los cubanos se han acostumbrado a vivir para poder subsistir.
Una parte de resolver también tiene que ver con darle una “muela” a quien sea para conseguir lo que uno desea. En otras palabras convencer, persuadir, implorar, suplicar, llorar miseria, ya sea a un extranjero o a un familiar que vive afuera.
Veo con tristeza que en ese proceso de pedir, el cubano se ha acostumbrado a concentrarse demasiado en su necesidad y no ve mas nada. Se ha acostumbrado a aislarse de la persona o el ente a quien le pide, y solo concentrarse en su necesidad, pasando en muchas ocasiones a exagerarla, a mentir, a casi que estafar a quien le pide y después en ocasiones a sentirse el cabron. Dicen “Na, le di la vuelta a fulano, le baje tremenda muela y le tumbe 10 fulas, con esto bajo en la noche pa alla pal Ditu”
Lo que quiero decir con esto es que el cubano se ha acostumbrado a pedir como si fuera una estafa, sin tener ninguna consideración de quien le da, ni disposición de dar absolutamente nada a cambio, ni siquiera gratitud. No importa que quien le tienda la mano sea un amigo, un familiar, un extranjero, una iglesia o quien sea. No piensan por un minuto el esfuerzo de la persona que los ayuda, no sienten empatia, amistad, afecto, un real agradecimiento, No valoran que quien les ofrece algo a pesar de estar en una mejor posición económica es igualmente una persona, alguien a quien muchas veces no le sobra lo que esta regalando y espera al menos una muestra de gratitud.
Se ve mucho el caso que muchos de los cubanos que acaban de llegar a los Estados Unidos, piden, piden, lloran todas las miserias que pasaron en Cuba, pero que no espere el que les da algo ningún agradecimiento mas allá que quizás las gracias cuando mucho y mas. El cubano que llega solo espera recibir, en parte cree que es su derecho por tanta miseria y tanto trabajo que ha pasado. Llegan demasiado interesados en lo que le puedan tumbar a los demás, en ocasiones fingen una amistad solo por conveniencia y esperan tener de golpe todo lo que ven que tiene el que lleva un montón de años viviendo y mejorando poco a poco.
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