A veces sentimos el estómago pesado, ardor, acidez, eructos y una sensación de que todo lo que comemos nos cae mal. Entre las causas más frecuentes encontramos gastritis, úlcera y sobre todo reflujo gástrico. El reflujo es muy común entre los latinos y los cubanos en particular por el tipo de dieta que llevamos. Afecta a hombres, mujeres y niños. Generalmente ocurre cuando el contenido gástrico sube hacia el esófago llegando a veces hasta la boca. Esto provoca mucha acidez, y malestar. Algunas personas sienten tanta presión en el pecho que creen estar sufriendo un ataque cardíaco. El síntoma más frecuente en el reflujo es una sensación de quemazón relacionado con las posturas. Podemos ayudar a lograr mejoría cambiando nuestros hábitos de alimentación ya que muchas veces por la vida llena de prisa que vivimos, abusamos de alimentos fritos, comida chatarra, por andar de prisa no masticamos bien los alimentos, no tenemos horarios de alimentación y terminamos comiendo cualquier cosa en grandes cantidades.
Lo primero que debemos hacer para evitar la quemazón de la acidez es prestar atención a los alimentos que comemos y descubrir cuales nos provocan mayor irritación. Debemos evitar las comidas fritas y el comer demasiado, ya que eso contribuye al reflujo. Se debe merendar a media mañana y a media tarde para neutralizar el contenido ácido gástrico. Es sabido que el pasar muchas horas sin comer provoca acidez. No debemos consumir comidas muy condimentadas con exceso de chile, pimienta etc. No ingiera café con el estómago vacío. No ingiera bebidas alcohólicas porque también perjudican especialmente si bebemos de noche. Ciertos alimentos y bebidas como chocolate, menta, canela, ajo, cebolla, cítricos y alimentos muy calientes o muy fríos no son tolerables.
Mastique lentamente sus alimentos. Evite acostarse inmediatamente después de cenar, espere al menos dos horas. No coma en momentos de angustia, stress ni depresión. Disfrute sus alimentos en un ambiente de paz y armonía.
Mastique lentamente sus alimentos. Evite acostarse inmediatamente después de cenar, espere al menos dos horas. No coma en momentos de angustia, stress ni depresión. Disfrute sus alimentos en un ambiente de paz y armonía.
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