Los ojos de los animales nocturnos tales como gatos, perros, y los ciervos pueden ver bien de noche debido a una estructura llamada tapetum en la parte posterior del ojo que refleja la luz hacia enfrente, dándole a los ojos del animal una segunda oportunidad de absorber la luz de las imágenes y de esta forma logran en la noche una visión mejor que la de los seres humanos. Esta luz reflejada hace que los ojos del animal parezcan brillar en la oscuridad.
Esta misma estructura que incrementa la visión en condiciones de poca luz, puede causar que en condiciones diurnas la imagen percibida sea borrosa por la interferencia del reflejo de la luz. Es por eso que si bien en la noche los gatos ven mejor que los humanos, durante el día, los humanos vemos mejor, sobre todo con mayor presicion.
De todas maneras los humanos tenemos otra gran habilidad que nos hace superiores al resto de las criaturas que es nuestra inteligencia, la misma que nos ha permitido confeccionar aparatos artificiales de visión nocturna que compensen nuestras "debilidades" naturales.
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