Fidel Castro, desde muy joven, fue seleccionado, entrenado y dirigido desde la casa Pratt, centro de mando del Consejo de Relaciones Exteriores, el CFR.
La primera misión de Fidel Castro como agente provocador ocurrió a poco de ascender David Rockefeller a la presidencia del CFR en 1949.
Según muchos testimonios, William Wieland, alias Arturo Montenegro, a la sazón miembro del cuerpo diplomático norteamericano en Bogotá Colombia, será quien reclute a Castro en aquella ocasión. Este entonces se hallará demasiado cerca del asesinato del líder popular colombiano Eliecer Gaitán y será uno de los principales provocadores del motín que se conocerá como el Bogotazo y que iniciará la época de la violencia en ese país hasta nuestros días.
Dicen otros testimonios que Wieland introdujo a Castro al círculo interior del CFR en dos ocasiones, cuando Castro visitó EE.UU. al ser liberado de la prisión en 1955 -a la que fue a parar por dirigir el ataque al cuartel militar Guillermón Moncada- e inmediatamente después de la victoria de su revolución en 1959.
William Wieland era un oscuro personaje vinculado sentimental y políticamente con Summer Wells, importante personalidad de la política norteamericana, asesor en política exterior de Franklin Delano Roosevelt y destacado integrante del CFR.
William A. Wieland, como director de la Oficina de Asuntos de América Latina y Roy R. Rubottom, asistente. Sec. De Estado para Asuntos Interamericanos, según el testimonio del Senado, conspiraron para instalar Castro en el poder. Ambos, estuvieron presentes en Colombia durante el bogotazo y apoyaron a Fidel Castro a todo lo largo de su carrera política. Por demás, presionaron al presidente Ike Eisenhower por mediación de su hermano Milton para que suspendiera todo el apoyo norteamericano al presidente de facto cubano, Fulgencio Batista.
Finalmente, Wieland será llevado ante una audiencia del Congreso por ser acusado de ser el principal causante del fracaso de la expedición de Bahía de Cochinos pero el presidente John F. Kennedy abogará por él, exonerándolo.
Al margen de todo ello, parece ser que Fidel Castro, desde que ascendió al poder –o antes, quién sabe-, mantuvo estrechas relaciones con el presidente del CFR, David Rockefeller. Estas salieron abiertamente a la luz pública en 1995 cuando Rockefeller –quien había manifestado anteriormente su satisfacción por que su hija tuviera relaciones estrechas con Castro- le ofreció un banquete de honor al gobernante cubano en la sede del CFR en la casa Pratt en New York. Si esto fuera poco, David Rockefeller visitó personalmente a Fidel Castro en La Habana en 2003 con una gran comitiva del CFR. El dictador cubano no reparará en darle un recibimiento de jefe de estado.
De más está decir que algunas de las acciones políticas y bélicas internacionales del gobierno de Castro parecen haber sido sospechosamente beneficiosas a la familia Rockefeller. Por ejemplo, durante la guerra de Angola, el ejército cubano defendió y mantuvo en las manos de estos los pozos petrolíferos de Cabinda hasta el fin de la guerra. Hoy día, esos mismos pozos han convertido a Angola en uno de los principales suministradores de crudo a EE.UU.
Mucho se ha escrito y hablado sobre las sospechas de que Fidel Castro haya sido agente de la CIA como Sadam Hussein, Osama Bin Laden y otros. Es cierto que durante su juventud fue reclutado para esta organización por la madre de su íntimo secuaz de fechorías Rafael del Pino, acallado en las mazmorras castristas a principios de la revolución por saber demasiado.
Sin embargo, parece ser que Castro juega en ligas mayores, en las altas élites del poder mundial, gracias a lo cual ha sido informado a tiempo de todo aquello que le pudiera perjudicar, actuando como agente provocador internacional del más alto nivel. Eso sólo podría explicar su eternización en el poder en el país más empobrecido y aislado de la tierra, dirigiendo y apoyando los peores movimientos y acciones terroristas y narcotraficantes del mundo sin caer aún cuando sus principales sostenedores –los soviéticos- se precipitaran al vacío y sin que el gobierno más poderoso de la Tierra haya osado tocarlo con el pétalo de una flor, siempre siendo noticia, siempre llamando la atención por encima de cualquier acontecimiento que interese o estremezca al mundo.
En definitiva, de Castro, nunca se ha sabido ni se sabe ni se sabrá nada con certeza. Puede ser perfectamente de todo. Acostumbra actuar como el oficialismo y la oposición simultáneamente, convierte los reveses en victorias y las victorias en fracasos... comunista y anticomunista, revolucionario y contrarrevolucionario, liberal y tiránico…es un político cuántico, nunca se sabe a dónde va, de dónde viene, dónde está, qué se propone, con qué saldrá, si se muere o revive.... no creo que haya un personaje histórico más maleable, sinuoso ni jabonoso…conspirador por excelencia, siempre nos sorprende desprevenidos, siempre triunfador hasta de la muerte.
La primera misión de Fidel Castro como agente provocador ocurrió a poco de ascender David Rockefeller a la presidencia del CFR en 1949.
Según muchos testimonios, William Wieland, alias Arturo Montenegro, a la sazón miembro del cuerpo diplomático norteamericano en Bogotá Colombia, será quien reclute a Castro en aquella ocasión. Este entonces se hallará demasiado cerca del asesinato del líder popular colombiano Eliecer Gaitán y será uno de los principales provocadores del motín que se conocerá como el Bogotazo y que iniciará la época de la violencia en ese país hasta nuestros días.
Dicen otros testimonios que Wieland introdujo a Castro al círculo interior del CFR en dos ocasiones, cuando Castro visitó EE.UU. al ser liberado de la prisión en 1955 -a la que fue a parar por dirigir el ataque al cuartel militar Guillermón Moncada- e inmediatamente después de la victoria de su revolución en 1959.
William Wieland era un oscuro personaje vinculado sentimental y políticamente con Summer Wells, importante personalidad de la política norteamericana, asesor en política exterior de Franklin Delano Roosevelt y destacado integrante del CFR.
William A. Wieland, como director de la Oficina de Asuntos de América Latina y Roy R. Rubottom, asistente. Sec. De Estado para Asuntos Interamericanos, según el testimonio del Senado, conspiraron para instalar Castro en el poder. Ambos, estuvieron presentes en Colombia durante el bogotazo y apoyaron a Fidel Castro a todo lo largo de su carrera política. Por demás, presionaron al presidente Ike Eisenhower por mediación de su hermano Milton para que suspendiera todo el apoyo norteamericano al presidente de facto cubano, Fulgencio Batista.
Finalmente, Wieland será llevado ante una audiencia del Congreso por ser acusado de ser el principal causante del fracaso de la expedición de Bahía de Cochinos pero el presidente John F. Kennedy abogará por él, exonerándolo.
Al margen de todo ello, parece ser que Fidel Castro, desde que ascendió al poder –o antes, quién sabe-, mantuvo estrechas relaciones con el presidente del CFR, David Rockefeller. Estas salieron abiertamente a la luz pública en 1995 cuando Rockefeller –quien había manifestado anteriormente su satisfacción por que su hija tuviera relaciones estrechas con Castro- le ofreció un banquete de honor al gobernante cubano en la sede del CFR en la casa Pratt en New York. Si esto fuera poco, David Rockefeller visitó personalmente a Fidel Castro en La Habana en 2003 con una gran comitiva del CFR. El dictador cubano no reparará en darle un recibimiento de jefe de estado.
De más está decir que algunas de las acciones políticas y bélicas internacionales del gobierno de Castro parecen haber sido sospechosamente beneficiosas a la familia Rockefeller. Por ejemplo, durante la guerra de Angola, el ejército cubano defendió y mantuvo en las manos de estos los pozos petrolíferos de Cabinda hasta el fin de la guerra. Hoy día, esos mismos pozos han convertido a Angola en uno de los principales suministradores de crudo a EE.UU.
Mucho se ha escrito y hablado sobre las sospechas de que Fidel Castro haya sido agente de la CIA como Sadam Hussein, Osama Bin Laden y otros. Es cierto que durante su juventud fue reclutado para esta organización por la madre de su íntimo secuaz de fechorías Rafael del Pino, acallado en las mazmorras castristas a principios de la revolución por saber demasiado.
Sin embargo, parece ser que Castro juega en ligas mayores, en las altas élites del poder mundial, gracias a lo cual ha sido informado a tiempo de todo aquello que le pudiera perjudicar, actuando como agente provocador internacional del más alto nivel. Eso sólo podría explicar su eternización en el poder en el país más empobrecido y aislado de la tierra, dirigiendo y apoyando los peores movimientos y acciones terroristas y narcotraficantes del mundo sin caer aún cuando sus principales sostenedores –los soviéticos- se precipitaran al vacío y sin que el gobierno más poderoso de la Tierra haya osado tocarlo con el pétalo de una flor, siempre siendo noticia, siempre llamando la atención por encima de cualquier acontecimiento que interese o estremezca al mundo.
En definitiva, de Castro, nunca se ha sabido ni se sabe ni se sabrá nada con certeza. Puede ser perfectamente de todo. Acostumbra actuar como el oficialismo y la oposición simultáneamente, convierte los reveses en victorias y las victorias en fracasos... comunista y anticomunista, revolucionario y contrarrevolucionario, liberal y tiránico…es un político cuántico, nunca se sabe a dónde va, de dónde viene, dónde está, qué se propone, con qué saldrá, si se muere o revive.... no creo que haya un personaje histórico más maleable, sinuoso ni jabonoso…conspirador por excelencia, siempre nos sorprende desprevenidos, siempre triunfador hasta de la muerte.
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