Jose Marti dijo:
Yo quiero que la ley primera de nuestra República sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre.
Yo creo que algo es digno cuando es valioso en sí mismo, y no sólo ni fundamentalmente por su utilidad. En el caso del ser humano, su dignidad reside en el hecho de que es no un qué, sino un quién, un ser único, dotado de intimidad, inteligencia, voluntad, libertad, capacidad de amar y de abrirse a los demás. En efecto, cuando no se acepta este valor de la persona en sí misma, se abre la puerta que conduce a dejar de respetarla.
Si hablamos de política hoy se valora más el poder que la dignidad, por eso los políticos terminan haciendo cosas ilícitas, además de utilizar a la gente en beneficio propio, como engañándola, mintiéndole y aprovechándose de ellos, prometiéndoles ayudarlos solo para ser elegidos y después la mayoría no cumplen con su palabra.
Es muy importante que la dignidad esté presente en nuestras vidas, ya que de no ser así no habría seguridad ni respeto en nuestro ser ni con los demás.
La dignidad humana se alza sobre los pilares de los derechos humanos. Sin el reconocimiento legal y en la practica de esos derechos fundamentales, la dignidad del hombre se cuartea y la sociedad se establece en un peligroso orden social que cobija infinidad de situaciones inhumanas: injusticias, marginación, violencia.
Pero la dignidad del hombre no se reduce a sus derechos. El hombre es mucho más que sus derechos. Su verdadera dignidad tiene las raíces en el amor. El hombre es, ante todo y sobre todo, un ser amable, es decir digno de ser amado. Sólo el amor puede ir desmontando todas esas telas de cebolla que camuflan al hombre en un sinfin de roles en la sociedad convencional. Sólo al que ama se le revela la verdadera dignidad del otro.
El que no ama, no ve, le ciega el egoísmo. El que ama, en cambio, ve con buenos ojos. Y no por lo que el amor haga en el nervio óptico, la de los ojos humanos radican en el corazón.
No es que el amor haga pasar por alto o disimular los defectos y fallas del prójimo, que eso sería apasionamiento y en última instancia egoísmo también, sino que, por el contrario, el amor hace que los ojos recobren toda potencialidad del servicio del hombre.
Ser digno es ser honrado, cuidar nuestra vida y a nuestros semejantes con decencia, participar para que vivamos decentemente, cuidando de respetar las leyes, cuidar nuestra vida para participar con decoro.
0 comentarios:
Publicar un comentario