jueves, 25 de marzo de 2010

La familia, las discusiones y los hijos.

El ejemplo es una de las mejores maneras de educar a nuestros hijos. En la familia y desde muy temprana edad es donde pueden ellos aprender las normas básicas y principios que harán de ellos unos adultos útiles , dignos de nuestro orgullo. La mayoría de los especialistas coinciden en que no debemos discutir delante de los hijos y menos si el tema a discutir es sobre  ellos mismos. Con el tiempo la pareja  puede llegar a conocerse tanto, que bastará una mirada del otro para saber que se está entrando una zona escabrosa y que es mejor dejar ese tema para mas tarde  a solas. Aunque también debiéramos aprender a conversar tranquilamente sobre cualquier tema, por mas complejo o controvertido que fuese  delante de los hijos, con calma y buenas maneras, sin gritar, sin agredir  y así les ensenamos con nuestro ejemplo  lo que es el respeto mutuo y trabajar en equipo en un matrimonio. Claro, ya se que este nivel de discusión es poco visto entre nosotros los hispanos,  que tendemos a ser impulsivos y muy apasionados. Así que en caso de que no podamos dar un buen ejemplo es mejor no dar tampoco uno malo y lo que debemos hacer entonces es esperar a una mejor oportunidad  en que los hijos no estén presente para conversar.
Segun explican los psicologos, se deben evitar las discusiones delante de los niños porque les produce ansiedad, angustia y, en muchas ocasiones, culpabilidad. Que hacer entonces ? Callarse en el momento y después buscar un rato a solas en el que explicar las razones y llegar a un acuerdo. La espera por un momento mas oportuno es posible que también calme los ánimos y permita una conversación mas fructifera

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