Que tan dañino es el dióxido de carbono?

Se ha hablado y se habla mucho sobre el calentamiento global pero que hay de cierto en todo esto? ¿Qué es lo que realmente piensas de esto? Es el dióxido de carbono en realidad un veneno que esta matando a nuestro planeta?

Batista y castro, quien fue quien para Cuba?

Sabia usted que el odiado dictador Fulgencio Batista fue quien hizo construir el malecon de la Habana, el tunel de la Bahia, la liga contra la ceguera, maternidad de Linea, ...en fin, muchas edificaciones que ni nos imaginamos? Mejor lea y aprenda.

Entendiendo el conflicto entre Israel y Palestina

Tras la primera guerra mundial y con la derrota del Imperio otomano, el territorio conocido como Palestina, compartido por árabes y judíos, quedó bajo la administración de Reino Unido, por mandato de la Sociedad de Naciones, institución predecesora de la ONU.

Dignidad por ropa de moda.

Por muy difícil que sea después de analizar mucho debemos reconocer nuestros errores y el por que los cometemos. Vivimos momentos difíciles, donde se habla de libertad; mientras algunos luchan por ella otros cambian dignidad por ropa de moda.

La prostitucion en Cuba, las jineteras

La profesión de la prostitución en el mundo occidental, con sus secuelas o matices, ha convertido a muchas de estas mujeres en famosas y también han amasado grandes fortunas, gracias al valor de sus cuerpos y a su inteligencia.

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miércoles, 31 de agosto de 2011

Castro muerto, llevatelo viento de agua

Por Amel Olivares
Mi abuela, mujer sabia y serena, apegada a la bondad de las almas sencillas, me hizo descubrir años atrás un sentimiento: la compasión. 
Cuando el dolor se volvió insoportable, arrasador, y desbordando mi cuerpo de adolescente se fue convirtiendo en rabia, esa mujer detuvo el torrente salvaje de mi ira y evito que se transformase en odio, revelándome con una sonrisa el misterio de la piedad. Piedad por castro? Difícil empresa, mas salvo mi ser nuevamente del odio, sin privarlo, eso si, del total desprecio.
Allá en el infierno agitados vociferan los impíos, y segura estoy que lo acogerán como merece.
En su lecho el asesino tiemble desesperado porque se aproxima la hora de pagar la cuenta con sus victimas. La compasión me sobrecoge mas no por el tirano sino por mis muertos, por el amigo que nunca mas vi. Por mis hermanos de lucha caídos, por los que perdieron la razón, por mis padres, por mi misma, por todo mi pueblo, por la patria destrozada y en agonía. 
En sus últimas horas recuerde el dictador el rostro sombrío de su madre, la tragedia de aquella mujer que llevaba idéntica sangre en sus venas y la que negó el perdón de un hijo.
No lo absuelvo, ni lo hará la historia. Lo condenare eternamente y jamás pronunciare su nombre, mancillaría mis labios! 
No pediré la paz de su alma por respeto a nuestros jóvenes enviados como victimas sacrificales a la África hostil, en una guerra intencionada exclusivamente en ganar nuevas zonas de influencia, la ambición imperialista de los amos soviéticos era insaciable a la par que inconmensurable y la índole hetaira del tirano irrefrenable.
Prefiero honrar a nuestros mártires y rendir tributo al recuerdo de nuestra inocencia violada, quedare indiferente a la tribulación del monstruo barbudo, en mi piel aun sangran las profundas cicatrices de la renuncia y la forzada separación, las heridas que me ha infligido no sanan, son la voz de mi consciencia que no encuentra paz porque el templo fue derrumbado. 
Hoy como tantos cubanos que comparten mi suerte solo puedo gritar grito a voz de cuello: llévatelo viento de agua! Viva cuba libre. Abajo la dictadura castrista!

lunes, 26 de octubre de 2009

La compasion no es simplemente lastima

La compasión no solo es lástima como en "Los zapaticos de rosa". No se limita a personas o animales. Es toda una actitud de RESPETO a todo.

Por ejemplo:

Cuando te estas cepillando los dientes, o afeitando, el no dejar correr y correr el agua innecesariamente es un acto de compasión porque indica el respeto que uno tiene ante la naturaleza, el agua, los recursos naturales ... ese acto sencillo y simple muestra respeto a la naturaleza y por ende compasión.

Cuando te sirves en un plato lo que vas a comer, digamos en un buffet, y no lo super llenas para después tirarlo... servirse lo que uno va a comer y no desperdiciar comida es un acto de compasión, de respeto a quienes han sembrado y cosechado el arroz, las verduras, los alimentos que consumimos.

Cuando no malgastas recursos, reciclas plásticos, cartones, no ensucias la tierra ni las playas, no destruyes innecesariamente la vida, no caminas por el césped, no arrojas una basura en la calle o en el piso, no pegas un chicle en un asiento... no lanzas una cáscara de plátano en la calle. Estos son actos compasivos porque denotan tu respeto y consideración a los demás al prevenir una caída que alguien se de o un resbalón con esa cáscara mal tirada, o se estropee su ropa con un chicle pegado en un asiento.

Yo creo que el concepto de compasión es mucho más amplio que lo que se piensa a primera vista y al practicarla e irla incorporando a nuestra vida diaria nos ayuda a ser mejores seres humanos. Y ser mejor, nos ayudara a ser mucho más feliz y además ayudar al mundo a que también lo sea.

Los zapaticos de Rosa

Hay sol bueno y mar de espuma,
y arena fina, y Pilar
quiere salir a estrenar
su sombrerito de pluma.

—«¡Vaya la niña divina!»
dice el padre, y le da un beso.
—«Vaya mi pájaro preso
a buscarme arena fina».

—«Yo voy con mi niña hermosa»,
le dijo la madre buena.
—«¡No te manches en la arena
los zapaticos de rosa!».

Fueron las dos al jardín
por la calle del laurel,
la madre cogió un clavel
y Pilar cogió un jazmín.

Ella va de todo juego,
con aro, y balde y paleta;
el balde es color violeta;
el aro es color de fuego

Vienen a verlas pasar,
nadie quiere verlas ir,
la madre se echa a reír,
y un viejo se echa a llorar.

El aire fresco despeina
a Pilar, que viene y va
muy oronda: —«¡Di, mamá!
¿Tú sabes qué cosa es reina?»

Y por si vuelven de noche
de la orilla de la mar,
para la madre y Pilar
manda luego el padre el coche.

Está la playa muy linda;
todo el mundo está en la playa;
Lleva espejuelos el aya
de la francesa Florinda.

Está Alberto, el militar
que salió en la procesión
con tricornio y con bastón,
echando un bote a la mar.

¡Y qué mala, Magdalena
con tantas cintas y lazos,
a la muñeca sin brazos
enterrándola en la arena!

Conversan allá en las sillas,
sentadas con los señores,
las señoras, como flores,
debajo de las sombrillas.

Pero está con estos modos
tan serio, muy triste el mar;
lo alegre es allá, al doblar,
en la barranca de todos.

Dicen que suenan las olas
mejor allá en la barranca,
y que la arena es muy blanca
donde están las niñas solas.

Pilar corre a su mamá:
—«¡Mamá, yo voy a ser buena;
déjame ir sola a la arena;
allá, tú me ves, allá!»

—«¡Esta niña caprichosa!
No hay tarde que no me enojes:
anda, pero no te mojes
los zapaticos de rosa».

Le llega a los pies la espuma,
gritan alegres las dos;
y se va, diciendo adiós,
la del sombrero de pluma.

¡Se va allá, donde ¡muy lejos!
las aguas son más salobres,
donde se sientan los pobres,
donde se sientan los viejos!

Se fue la niña a jugar,
la espuma blanca bajó,
y pasó el tiempo, y pasó
un águila por el mar.

Y cuando el sol se ponía
detrás de un monte dorado,
un sombrerito callado
por las arenas venía.

Trabaja mucho, trabaja,
para andar: ¿qué es lo que tiene
Pilar que anda así, que viene
con la cabecita baja?

Bien sabe la madre hermosa
por qué le cuesta el andar:
—«¿Y los zapatos, Pilar,
los zapaticos de rosa?»

«¡Ah, loca! ¿en dónde estarán?
¡Di dónde Pilar!» —«Señora»,
dice una mujer que llora:
«¡están conmigo, aquí están!»

«Yo tengo una niña enferma
que llora en el cuarto oscuro
y la traigo al aire puro,
a ver el sol, y a que duerma».

«Anoche soñó, soñó
con el cielo, y oyó un canto,
me dio miedo, me dio espanto,
y la traje, y se durmió».

«Con sus dos brazos menudos
estaba como abrasando;
y yo mirando, mirando
sus piececitos desnudos».

«Me llegó al cuerpo la espuma.
Alcé los ojos y vi
esta niña frente a mí
con su sombrero de pluma».

«¡Se parece a los retratos
tu niña! —dijo—:¿Es de cera?
¿quiere jugar? ¡si quisiera!...
¿y por qué está sin zapatos?»

«Mira, ¡la mano le abrasa,
y tiene los pies tan fríos!
¡oh, toma, toma los míos,
yo tengo más en mi casa!»

—«No sé bien, señora hermosa,
lo que sucedió después;
¡Le vi a mi hijita en los pies
los zapaticos de rosa!»

Se vio sacar los pañuelos
a una rusa y a una inglesa;
el aya de la francesa
se quitó los espejuelos.

Abrió la madre los brazos,
se echó Pilar en su pecho,
y sacó el traje deshecho,
sin adornos y sin lazos.

Todo lo quiere saber
de la enferma la señora:
¡No quiere saber que llora
de pobreza una mujer!

—«¡Sí, Pilar, dáselo! ¡y eso
también! ¡tu manta! ¡tu anillo!»
Y ella le dio su bolsillo,
le dio el clavel, le dio un beso.

Vuelven calladas de noche
a su casa del jardín;
y Pilar va en el cojín
de la derecha del coche.

Y dice una mariposa
que vio desde su rosal
guardados en un cristal
los zapaticos de rosa.