No se trata de habernos ido o quedado en Cuba, sino de que Cuba no se vaya de nosotros, que la llevemos siempre presente donde quiera que vivamos.
¿Cuántos de nosotros no rodamos por nuestro barrio, por la sala, por el patio, repasando las caras de nuestros seres queridos, días antes de la despedida? Sin embargo, lo importante es que a pesar de nuestra partida ninguno de ellos se fue definitivamente de nosotros.
Y por eso a cada uno los llevamos por dentro a dónde quiera que vamos, porque son el recuerdo de aquel país que nos hace tanta falta. Porque la distancia más grande que existe no es el miedo o el olvido, sino el silencio de quienes siempre nos acompañan.
¿Cuántos de nosotros no rodamos por nuestro barrio, por la sala, por el patio, repasando las caras de nuestros seres queridos, días antes de la despedida? Sin embargo, lo importante es que a pesar de nuestra partida ninguno de ellos se fue definitivamente de nosotros.
Y por eso a cada uno los llevamos por dentro a dónde quiera que vamos, porque son el recuerdo de aquel país que nos hace tanta falta. Porque la distancia más grande que existe no es el miedo o el olvido, sino el silencio de quienes siempre nos acompañan.
0 comentarios:
Publicar un comentario