Me alegra y me emociona que al final se realizaron unas elecciones libres en Honduras donde el pueblo pudo elegir a su próximo presidente. Pese a los llamados a boicotear las elecciones, pese a los temores de posible violencia y disturbios, los hondureños llegaron a las urnas en masa y eligieron a Porfirio "Pepe" Lobo como su siguiente presidente.
Todos debemos expresar nuestras más sinceras felicitaciones a la buena gente de Honduras, que hayan completado un magnífico ejercicio de la democracia.
Además de votar por su futuro presidente, los hondureños también se eligieron los miembros del Congreso y alcaldes de todas las ciudades, incluyendo Tegucigalpa.
Después de meses de agitación e incertidumbre, en medio de temores de violencia y pedidos a boicotear el proceso, alrededor del 60 por ciento de todos los votantes elegibles de Honduras salió y votó. Honduras desafiado al mundo y a los escépticos realizo una elección pacífica, superando sus anteriores elecciones presidenciales con un mayor porciento de votantes.
Desafortunadamente para Honduras, uno de los mayores escépticos era su ex presidente, Manuel Zelaya. Mel había predicho que un bajo número de votantes sería una señal para el mundo de que los hondureños que no creía en la legitimidad de la elección. Por supuesto, al hablar mal de la elección, Zelaya tenía la esperanza de que los hondureños lo siguieran y no accedieran a las urnas para reivindicar su deseo de ampliar su mandato presidencial. Afortunadamente para los hondureños, Zelaya fracaso y triunfo el pueblo de Honduras.
Para entender por que esto provocó un gran revuelo político en Honduras, es importante saber un poco sobre la historia de Honduras. A diferencia Estados Unidos y otros países, la democracia real en Honduras es un concepto relativamente nuevo. Durante gran parte del siglo 20, Honduras estuvo gobernada por caudillos políticos y militares. No fue sino hasta después de 1980 que los hondureños comenzaron a vivir en una verdadera democracia competitiva. Con el fin de evitar que la historia se repita, la constitución del país limita a los presidentes a un solo mandato de cuatro años. De hecho, Honduras es uno de los pocos países de América Latina donde se prohíbe expresamente a un presidente, no importa cuán popular sea, buscar la reelección.
Mel Zelaya intento cambiar este concepto en su beneficio. Se trató de enmendar la constitución a puerta cerrada. Cuando esto fracasó, comenzaron a apelar directamente al pueblo. Los hondureños se mantuvieron firme en defensa de su constitución. Zelaya sintiéndose por encima de la ley quiso salirse con la suya a como diera lugar. Actuó de forma unilateral, en contra de su propio partido, del congreso, y las instituciones judiciales. El congreso ordeno al ejército sacarlo del país y se nombro como su sucesor al presidente del congreso, el señor Micheletti. En este punto debe prestarse especial atención, los militares no actuaron por su cuenta sino bajo las ordenes del congreso, los militares no se quedaron en el poder, a quien se nombro sucesor como presidente no fue a cualquiera sino a quien correspondía en caso de faltar el presidente, es decir a su legitimo sucesor.
En un momento en que la democracia está bajo ataque en América Latina, los hondureños demostraron al mundo que son capaces de llevar a cabo diligentemente el estado de derecho mediante la celebración de elecciones libres, justas y transparentes.
La buena gente de Honduras merece el apoyo internacional de todo el mundo por su valentía en la defensa del Estado de Derecho y una forma democrática de gobierno. El mundo debe respetar la decisión del pueblo Hondureño que ya escogió su nuevo presidente.
Todos debemos expresar nuestras más sinceras felicitaciones a la buena gente de Honduras, que hayan completado un magnífico ejercicio de la democracia.
Además de votar por su futuro presidente, los hondureños también se eligieron los miembros del Congreso y alcaldes de todas las ciudades, incluyendo Tegucigalpa.
Después de meses de agitación e incertidumbre, en medio de temores de violencia y pedidos a boicotear el proceso, alrededor del 60 por ciento de todos los votantes elegibles de Honduras salió y votó. Honduras desafiado al mundo y a los escépticos realizo una elección pacífica, superando sus anteriores elecciones presidenciales con un mayor porciento de votantes.
Desafortunadamente para Honduras, uno de los mayores escépticos era su ex presidente, Manuel Zelaya. Mel había predicho que un bajo número de votantes sería una señal para el mundo de que los hondureños que no creía en la legitimidad de la elección. Por supuesto, al hablar mal de la elección, Zelaya tenía la esperanza de que los hondureños lo siguieran y no accedieran a las urnas para reivindicar su deseo de ampliar su mandato presidencial. Afortunadamente para los hondureños, Zelaya fracaso y triunfo el pueblo de Honduras.
Para entender por que esto provocó un gran revuelo político en Honduras, es importante saber un poco sobre la historia de Honduras. A diferencia Estados Unidos y otros países, la democracia real en Honduras es un concepto relativamente nuevo. Durante gran parte del siglo 20, Honduras estuvo gobernada por caudillos políticos y militares. No fue sino hasta después de 1980 que los hondureños comenzaron a vivir en una verdadera democracia competitiva. Con el fin de evitar que la historia se repita, la constitución del país limita a los presidentes a un solo mandato de cuatro años. De hecho, Honduras es uno de los pocos países de América Latina donde se prohíbe expresamente a un presidente, no importa cuán popular sea, buscar la reelección.
Mel Zelaya intento cambiar este concepto en su beneficio. Se trató de enmendar la constitución a puerta cerrada. Cuando esto fracasó, comenzaron a apelar directamente al pueblo. Los hondureños se mantuvieron firme en defensa de su constitución. Zelaya sintiéndose por encima de la ley quiso salirse con la suya a como diera lugar. Actuó de forma unilateral, en contra de su propio partido, del congreso, y las instituciones judiciales. El congreso ordeno al ejército sacarlo del país y se nombro como su sucesor al presidente del congreso, el señor Micheletti. En este punto debe prestarse especial atención, los militares no actuaron por su cuenta sino bajo las ordenes del congreso, los militares no se quedaron en el poder, a quien se nombro sucesor como presidente no fue a cualquiera sino a quien correspondía en caso de faltar el presidente, es decir a su legitimo sucesor.
En un momento en que la democracia está bajo ataque en América Latina, los hondureños demostraron al mundo que son capaces de llevar a cabo diligentemente el estado de derecho mediante la celebración de elecciones libres, justas y transparentes.
La buena gente de Honduras merece el apoyo internacional de todo el mundo por su valentía en la defensa del Estado de Derecho y una forma democrática de gobierno. El mundo debe respetar la decisión del pueblo Hondureño que ya escogió su nuevo presidente.
1 comentarios:
Es cierto los dos, tanto Zelaya como Micheletti actuaron mal y causaron muchos problemas a Honduras,los dos debieran correr la misma suerte. Debieran deportarlos, para que nunca mas pudieran meterse en la politica de Honduras.
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