sábado, 20 de febrero de 2010

¿Cuánto vale un Billete de 100 dólares?

Una tarde de Enero Roberto, con el rostro desanimado y triste se reúne con su amiga Estela en un bar a tomar un café. Deprimido descargó en ella todas sus angustias... que el trabajo, que el dinero, que la crisis, que las tarjetas de crédito, que el mortgage, que la relación con su pareja... en fin, todo parecía estar mal en su vida.
Estela buscó en su cartera y sacó un billete nuevo de 100 dólares y le dijo:
- Roberto, quieres este billete?
Roberto, un poco confundido al principio, le respondió:
- Claro Estela...son 100 dólares, quién no los va a querer?
Entonces Estela tomó el billete en su mano y lo arrugó hasta hacerlo una pequeña bola. Mostrando la estrujada pelotita verde a Roberto volvió a preguntarle:
- Y ahora igual lo quieres?
- Estela, no sé qué pretendes con esto, pero siguen siendo 100 dólares, claro que si me los das, los agarro.
Entonces Estela desdobló el arrugado billete, lo tiró al piso y lo restregó con su pie en el suelo, levantándolo luego sucio y marcado.
- Lo sigues queriendo?
- Mira Estela, sigo sin entender que pretendes, pero ese es un billete de 100 dólares y mientras no lo rompas conserva todo su valor...
- Entonces Roberto, debes saber que aunque a veces algo no salga como quieres, aunque la vida te arrugue o pisotee SIGUES siendo tan valioso como siempre lo hayas sido...lo que debes preguntarte es CUANTO VALES en realidad y no lo golpeado que puedas estar en un momento determinado.
Roberto quedó mirando a Estela sin atinar a decir palabra alguna mientras el impacto del mensaje penetraba profundamente en su cerebro.
Estela puso el arrugado billete de su lado en la mesa y con una sonrisa cómplice agregó:
- Toma, guárdalo para que te recuerdes de esto cuando te sientas mal...pero me debes un billete nuevo de 100 dólares para poder usarlo con el próximo amigo que lo necesite !!
Le dio un beso en la mejilla a Roberto; quien aún no había pronunciado palabra; y levantándose de su silla se alejó con su atractivo andar con rumbo a la puerta.
Roberto volvió a mirar el billete, sonrió, lo guardó en su billetera y dotado de una renovada energía llamó al mozo para pagar la cuenta..."

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